Lo que dejamos atrás

La directora Iliana Sosa narra las conmovedoras experiencias de su abuelo en sus últimos viajes entre México y Texas, una travesía marcada por desafíos y sacrificios en su incansable búsqueda por proporcionar un mejor futuro a su familia. A través de un delicado y personal enfoque, la película explora la vida de un hombre que enfrenta las adversidades con determinación, a menudo cruzando la frontera en busca de oportunidades mientras mantiene la esperanza en sus seres queridos.

En su viaje, el abuelo de Iliana representa a muchos inmigrantes que enfrentan las complejidades y dificultades de dejar su hogar en busca de una vida más digna. La historia se despliega con una narrativa rica en emociones, donde cada viaje no solo simboliza un cruce geográfico, sino también un cruce emocional, lleno de anhelos, luchas y la inquietante sensación de pertenencia. A medida que se enfrentan a la incertidumbre, la familia se convierte en un pilar fundamental, donde los lazos se fortalecen frente a la adversidad.

El retrato que Sosa pinta de su abuelo es íntimo e inspirador. A medida que revivimos sus travesías, vemos cómo los recuerdos de su infancia en México se entrelazan con las dificultades de hacerse un lugar en Texas. Las calles que recorren sus sueños, las mesas familiares donde se comparten risas y lágrimas, y las historias de sacrificio se convierten en el hilo conductor que une a las generaciones. Este viaje no es solo físico; es también un viaje de autodescubrimiento y un testimonio del amor incondicional que sostiene a una familia.

La película aborda temas universales como el sacrificio, la identidad y la migración, mientras nos invita a reflexionar sobre el significado de hogar y pertenencia en un mundo cada vez más interconectado. Iliana Sosa no solo revive la historia de su abuelo, sino que también rinde homenaje a todos aquellos que, como él, aportan fuerza y resiliencia en sus comunidades, fusionando las culturas que a menudo parecen distantes pero que están profundamente interconectadas.

Con una cinematografía que resalta la belleza de los paisajes que atraviesa la familia y una banda sonora que evoca una profunda nostalgia, esta obra es un recordatorio del poder de la memoria y la esperanza. Es una celebración de la herencia familiar y un llamado a valorar las historias que dan forma a nuestras vidas, dejando una huella imborrable en nuestros corazones.