Feliz año viejo

Mientras organiza su hogar y se deshace de cosas que ya no necesita, una mujer se embarca en una renovación significativa de su casa, un proyecto que resulta ser más que una simple remodelación. A medida que avanza con el trabajo, descubre viejas pertenencias de su exnovio, objetos que habían permanecido guardados en el desván, cubiertos de polvo y recuerdos. Estos hallazgos no solo la hacen confrontar su pasado, sino que también despiertan una serie de emociones que había intentado enterrar.

La protagonista, Sofía, es una mujer en la treintena que ha estado lidiando con el desamor tras una larga relación. La mudanza a su casa familiar, un espacio cargado de recuerdos, simboliza su deseo de comenzar de nuevo. Sin embargo, cada objeto que encuentra, desde viejas cartas de amor hasta fotografías de momentos felices, le plantea dilemas sobre el pasado y la forma en que ha moldeado su presente. A través de este proceso de limpieza, su viaje de autodescubrimiento se vuelve inevitable, llevándola a cuestionar sus decisiones y el camino que ha tomado en la vida.

Además de la exploración emocional, la renovación de la casa representa su lucha por tomar el control de su vida. A medida que los trabajos avanzan, también lo hace su transformación personal. Con la ayuda de amigos cercanos y un arquitecto carismático que aporta un aire fresco a sus días, Sofía comienza a redescubrir su pasión por el diseño y la creatividad, algo que había relegado a un segundo plano en la vorágine del desamor.

El relato no solo se centra en el romance y la nostalgia, sino también en temas como la amistad, la superación y el poder de la renovación, tanto física como emocional. Cada rincón de la casa que renueva refleja una parte de su viaje interior. La historia también aborda la importancia del cierre y cómo los objetos pueden contener memorias que nos enseñan lecciones valiosas sobre quienes somos y quienes queremos ser.

Con una narrativa rica en emociones y giros inesperados, la película invita a los espectadores a unirse a Sofía en un viaje tanto literal como figurado, donde cada descubrimiento le acerca más a la aceptación de su pasado y la construcción de un futuro lleno de posibilidades. Así, la renovación de su hogar se convierte en un símbolo de su transformación personal, una historia cautivadora sobre reencuentros, segundas oportunidades y el poder del hogar como refugio emocional.