Algunos días en septiembre

El 1 de septiembre de 2001, un espía recibe información crucial: algo terrible sucederá pronto. Elliot, un agente de la CIA estadounidense en posesión de secretos que pueden cambiar el rumbo del mundo, desaparece sin dejar rastro. Su única motivación es reencontrarse con su hija, Orlando, a quien abandonó hace diez años. Esta búsqueda personal se convierte en una carrera contra el tiempo, pues el inminente desastre acecha en el horizonte.

En su camino, Elliot se ve respaldado por Irène, una agente francesa que en su día fue su compañera de trabajo, y David, su hijo adoptivo, quien ha estado buscando respuestas sobre su propio pasado. Juntos, forman un equipo decidido a desafiar las sombras del espionaje internacional que se cierne sobre ellos. Irène es astuta y tenaz, dispuesta a arriesgar su vida para ayudar a Elliot a salvar no solo su relación con su hija, sino también el futuro del mundo que ambos conocen.

A medida que avanzan, son perseguidos incansablemente por William Pound, un enigmático y poético psicópata que parece tener un conocimiento inquietante del futuro. Su obsesión y su conexión con los eventos que están por desarrollarse añaden una capa de tensión a esta carrera frenética. Cada paso que dan en París y Venecia está impregnado de una atmósfera de peligro inminente, mientras el reloj avanza hacia el 11 de septiembre de 2001, un día que cambiará la historia para siempre.

Los personajes enfrentan conflictos internos y externos, lidiando con sus pasados y las decisiones que los han llevado a este punto crítico. Elliot debe confrontar su culpabilidad por haber dejado a Orlando y sus acciones pasadas que lo llevaron a convertirse en un fugitivo. A medida que la trama se desarrolla, la relación entre padre e hija comienza a tomar forma, revelando la complejidad de los lazos familiares y el impacto del tiempo sobre las decisiones personales.

Mientras la tensión crece y se avecina la catástrofe, la historia se convierte en un poderoso relato sobre la redención, el sacrificio y el amor incondicional. El relato de Elliot, Irène y David es una prueba de que incluso en los momentos más oscuros, la esperanza y la conexión humana pueden surgir, desafiando los límites del destino y el tiempo. La inminente tragedia del 11 de septiembre se convierte en un telón de fondo que resuena con una profunda reflexión sobre las consecuencias de nuestras acciones y la fragilidad de la vida.