We Are Marshall

Cuando un trágico accidente de avión cobra la vida de casi todo el equipo de fútbol de la Universidad de Marshall y algunos de sus aficionados, el nuevo entrenador del equipo y los jugadores sobrevivientes luchan por mantener vivo el programa de fútbol. En noviembre de 1970, una devastadora tragedia arrasa la universidad de Huntington, Virginia Occidental, cuando un vuelo que transportaba al equipo y a sus entrenadores se estrella, dejando un vacío imposible de llenar.

La historia se centra en Nate Ruffin, uno de los jugadores que, por estar enfermo, se perdió el vuelo fatídico. Su determinación y pasión se convierten en el catalizador para que los estudiantes se unan en un esfuerzo por convencer a la dirección de la universidad de que se debe jugar la temporada de 1971. Este desafío no es solo una cuestión deportiva; es una lucha por la identidad y la memoria de quienes fueron perdidos. El presidente de la universidad, Don Dedman, enfrenta la difícil tarea de buscar un nuevo entrenador que no solo tenga habilidades tácticas, sino que también posea una fortaleza emocional para guiar un equipo en duelo.

El nuevo entrenador, Jack Lengyel, se enfrenta a la presión de resucitar un programa que representa más que el deporte en sí; simboliza la esperanza y la resiliencia de una comunidad desgarrada. Al mismo tiempo, se debe encontrar un grupo de jugadores, muchos de los cuales son recién llegados, para que se unan a la causa. Con el apoyo de la comunidad, el equipo solicita a la NCAA que permita que los jugadores de primer año participen, abriendo oportunidades inesperadas para estos jóvenes. A medida que los nuevos atletas se suben al campo, Lengyel simplemente no enseña tácticas de fútbol; se convierte en un mentor y guía emocional, enseñándoles sobre el valor de la perseverancia y la unidad en tiempos difíciles.

Los padres y prometidos de los jugadores caídos, como un enfoque sobre la lucha personal y espiritual, encuentran la fuerza necesaria para seguir adelante y honrar la memoria de sus seres queridos. El desafío se presenta no solo en forma de oponentes en el campo, sino en la montaña emocional que cada jugador debe escalar. En definitiva, el gran interrogante en el aire es si la Universidad de Marshall podrá ganar aunque sea un solo partido en esta temporada marcada por la tragedia, representando así un símbolo de esperanza y superación personal para toda la comunidad.