Los ojos de la montaña

Una familia en viaje cae víctima de un grupo de caníbales mutantes en un desierto alejado de la civilización. Mientras celebran su 30º aniversario de boda, una pareja emprende un viaje a través del desierto junto a sus tres hijos, su yerno y su pequeña nieta. Aunque el resto de la familia opina que hay muchas mejores maneras de celebrar un aniversario, se resignan a disfrutar de lo que tienen. Sin embargo, sus planes toman un giro inesperado tras el encuentro con un sospechoso attendant de una gasolinera que les sugiere un “atajo” que les llevará por entre una serie de colinas del desierto.

A medida que avanzan por este camino poco confiable, la tensión entre los miembros de la familia comienza a crecer. La madre, una mujer fuerte y decidida, trata de mantener la calma y el control, mientras que el padre se aferra a la idea de que están en una aventura inolvidable. Los hijos, cada uno con su propia personalidad, expresan sus dudas y preocupaciones, sintiendo que la decisión de tomar el atajo fue errónea. La nieta, inocente y curiosa, juega ajena a la creciente ansiedad de los adultos, lo que contrasta con la inquietante atmósfera que empieza a envolvérseles.

No tardan en darse cuenta de que no están solos en estas tierras desoladas. Al principio, las sombras en las colinas parecen inofensivas, pero pronto descubrirán que han sido seguidas por una presencia aterradora. A medida que la noche se cierne sobre ellos, la familia siente una creciente sensación de ser observada, lo que crea un ambiente de paranoia. Los caníbales mutantes, con un aspecto grotesco y aterrador, se convierten en un símbolo de sus peores miedos, desatando tensiones ocultas que existían entre los miembros de la familia.

El viaje, que comenzó como una celebración de amor y unidad, se transforma rápidamente en una lucha desesperada por la supervivencia. Cada miembro de la familia debe enfrentarse a sus propios demonios internos mientras tratan de encontrar una manera de escapar de este horror y protegerse unos a otros. La narrativa pone en primer plano la importancia de la confianza y la resiliencia en momentos de crisis, explorando cómo el miedo puede llevar a las personas a descubrir fuerzas que ni siquiera sabían que poseían. La aventura se convierte en un viaje de descubrimiento, no solo de un lugar desolado, sino también de sí mismos.