El silencio de los corderos

Una joven cadete del FBI debe recibir la ayuda de un asesino caníbal manipulador encarcelado para atrapar a otro asesino en serie, un loco que desolla a sus víctimas.

La aspirante a agente del FBI, Clarice Starling, se esfuerza por avanzar en su carrera mientras intenta dejar atrás sus raíces de Virginia Occidental. Si algunos supieran de dónde viene, podría ser considerada automáticamente como alguien atrasado o de clase baja. Tras graduarse, su deseo es trabajar en la Unidad de Ciencia del Comportamiento del FBI bajo la dirección del agente Jack Crawford. Aunque todavía es una novata, Crawford le pide que entreviste al Dr. Hannibal Lecter, un psiquiatra que ha estado encarcelado en aislamiento de máxima seguridad durante ocho años, condenado por ser un asesino en serie que canibalizaba a sus víctimas.

Clarice se da cuenta de que su tarea consiste en exprimir la mente de Lecter para resolver otro caso de asesinato en serie, el de un individuo apodado por los medios como «Buffalo Bill». Este asesino ha matado ya a cinco jóvenes mujeres en la costa este de Estados Unidos, todas con un ligero sobrepeso, todas ahogadas en cuerpos de agua naturales y despojadas de grandes extensiones de piel. Consciente de que Crawford eligió a una mujer para este trabajo, espera poder provocar alguna respuesta emocional de Lecter.

En su primer encuentro con Lecter, Clarice descubre rápidamente que se verá atrapada en un juego psicológico, donde será fundamental leer entre sus líneas crípticas. Debe decidir hasta dónde está dispuesta a jugar con él, ya que su condición para hablar es que ella se exponga emocionalmente. El caso se torna más grave cuando se descubre una sexta víctima, de la cual logran recuperar una pieza clave de evidencia, siempre que Lecter sea honesto en su interpretación.

La posible séptima víctima es Catherine Martin, una joven de alto perfil, hija de la senadora Ruth Martin. La presión aumenta a medida que la búsqueda de Catherine se intensifica, con la esperanza de encontrarla con vida. En esta complejidad, también entra en juego el Dr. Frederick Chilton, el alcaide de la prisión, un oportunista que ve en la atención mediática de Catherine una oportunidad para elevar su propia notoriedad. Con cada interacción, Clarice se enfrenta no solo a los horrores de los asesinos que persigue, sino también a sus propios demonios internos, en una carrera contrarreloj para resolver el caso y salvar una vida.