Replicante

Científicos crean un clon genético de un asesino en serie con el fin de ayudar a capturar al criminal, aliándose con dos policías. Jake Riley se encuentra inmerso en el caso «Torch», un asesino en serie perturbador que selecciona mujeres con hijos, las asesina y luego las incinera tras su muerte. Este criminal tiene la peculiaridad de comunicarse en ocasiones con Riley, lo que añade una capa de tensión psicológica a su caza. Sin embargo, con la inminente jubilación de Riley, surge un temor: el asesino ya no tiene a nadie a quien desafiar.

Ante esta situación, la NSA interviene y le ofrece una propuesta intrigante a Riley. La idea es crear un replicante, o mejor dicho, un clon del asesino, que le ayude a localizar al verdadero criminal. Esta arriesgada estrategia no solo plantea cuestiones éticas, sino que también se convierte en una prueba de su efectividad. Riley, movido por la necesidad de resolver el caso y por su sentido del deber, acepta este nuevo reto. La historia se adentra en un territorio oscuro y fascinante, donde las fronteras entre el bien y el mal comienzan a diluirse.

Con el clon del asesino a su lado, Riley regresa a la acción. A medida que avanza en su investigación, se da cuenta de que el clon, a pesar de ser una creación artificial, tiene sus propios matices, emociones y respuestas a stimuli. Este nuevo «compañero» no solo lo ayuda a desentrañar los misterios del asesino, sino que también provoca en él una profunda reflexión sobre la naturaleza humana. ¿Es realmente el mal algo inherente, o es el resultado de una serie de circunstancias y decisiones? El clon comienza a revelar más de lo que se esperaría de un simple experimento científico, cuestionando la moralidad y la psicología que rodean la criminalidad.

Las interacciones entre Riley y su clon generan una búsqueda interna de redención y entendimiento, transformando lo que inicialmente parece un procedimiento frío en una exploración profunda del alma humana. A medida que avanzan en este oscuro camino, Riley y los dos policías que lo acompañan se ven obligados a confrontar sus propios miedos y sus pasados. La búsqueda del asesino se convierte así en un viaje de autodescubrimiento, explorando si el verdadero peligro acecha dentro de nosotros mismos.