Asilo Stonehearst

Un graduado de Oxford acepta un trabajo en un manicomio, solo para descubrir que los «revolucionarios» tratamientos nuevos son inhumanos, y que hay más de lo que parece.

Pocos días antes de la Navidad de 1899, el nuevo graduado de Oxford, Dr. Edward Newgate, llega al Asilo Stonehearst para completar su formación en medicina psiquiátrica. Aladino que se le informe sobre la llegada de un nuevo médico, un grupo de hombres armados lo recibe y lo lleva ante el Dr. Silas Lamb, el director del asilo, quien lo acoge con entusiasmo y se convierte en su mentor. A medida que Edward se adentra en la rutina del asilo, se siente cada vez más consternado por los métodos poco ortodoxos y crueles que utiliza el Dr. Lamb para tratar a los pacientes.

Uno de los aspectos que más le inquietan son los inquietantes rumores sobre los tratamientos experimentales y la existencia de un área restringida del manicomio. A pesar de sus reservas, su curiosidad y la fascinación por Eliza Graves, una paciente de elevada posición social que parece estar atrapada en este lugar, lo llevan a involucrarse más profundamente en la vida del asilo. Eliza, quien inicialmente se presenta como una dama refinada y educada, revela fragmentos de su vida pasadas que sugieren un vínculo entre su estatus y su actual condición.

Una noche, mientras explora los oscuros pasillos del asilo, Edward escucha un extraño golpe proveniente de las entrañas del edificio. Esta inquietante experiencia desata una serie de sucesos que hacen que Edward cuestioné no solo la ética del tratamiento de los pacientes, sino también la verdadera naturaleza del asilo. A medida que profundiza más en los secretos que ocultan tanto el Dr. Lamb como sus colegas, Edward se enfrenta a una decisión moral devastadora. Atrapado entre la lealtad a su mentor y el deseo de salvar a Eliza y a otros presos del manicomio, comienza a desentrañar un oscuro entramado que pone en juego la condición humana.

La historia examina temas de moralidad, la locura y la brutalidad de los sistemas de salud mental de la época. A medida que Edward lucha por discernir entre el bien y el mal, se convierte en un símbolo de la lucha por la humanidad en un sistema que parece haberla olvidado por completo. La inquietante atmósfera y el desarrollo de personajes cautivadores se entrelazan en una narrativa que desafía las normas sociales de su tiempo, ofreciendo una mirada crítica hacia la psiquiatría y la interpretación de la locura.