Déjalo ir

Una escapada familiar a una lujosa casa de alquiler toma un giro ominoso cuando un ciberataque derriba todos sus dispositivos electrónicos, dejándolos vulnerables y aislados. La familia, compuesta por el buen padre, una madre atenta y dos hijos adolescentes con personalidades opuestas, se dirige a este refugio con la esperanza de fortalecer los lazos familiares y desconectar de la ajetreada vida urbana. Sin embargo, lo que debería ser un descanso relajante se convierte en una experiencia aterradora.

Al principio, la ausencia de tecnología parece un alivio, un momento para redescubrir la conversación cara a cara y disfrutar de la naturaleza que rodea la casa. La madre, que siempre ha estado a la sombra del trabajo de su esposo y de las distracciones digitales, comienza a reavivar una conexión emocional con sus hijos, mientras que el padre intenta demostrar que puede ser el héroe de la familia. Los adolescentes, lejos de sus amigos y redes sociales, enfrentan sus propios desafíos: el hijo mayor, desencantado y rebelde, empieza a preguntarse si sus padres son tan perfectos como siempre pensó, mientras que la hija, tímida y artística, lucha por hallar su voz en un entorno que parece cada vez más claustrofóbico.

Sin embargo, la atmósfera cambia abruptamente cuando aparecen dos extraños en su puerta. Estos visitantes inquietantes, que parecen conocer detalles perturbadores sobre la familia, no solo interrumpen su retiro, sino que también desatan una serie de eventos que llevarán a cada miembro a enfrentarse a sus propios miedos y secretos. La constante ansiedad de no saber si pueden confiar en estos intrusos se intensifica mientras intentan descifrar qué objetivo tienen en su llegada. La familia se ve forzada a unirse, utilizando su ingenio y su amor para sobrevivir a una situación que camina entre el thriller psicológico y el horror emocional.

Con cada nuevo suceso, se profundizan las tensiones familiares y se desvelan los verdaderos deseos y resentimientos que han permanecido ocultos. En un espacio donde la tecnología suele ser una barrera y una fuente de desconexión, la manque de dispositivos se convierte en una metáfora poderosa sobre el aislamiento y la vulnerabilidad. A medida que la trama avanza, se pone a prueba la resistencia de estos lazos familiares, revelando que el mayor peligro no son los intrusos en sí, sino las verdades que todos han evitado enfrentar.