Alejandro Magno

Alejandro, el Rey de Macedonia y uno de los más grandes líderes militares en la historia de la guerra, conquista gran parte del mundo conocido. Con solo veinticinco años, Alejandro Magno (interpretado por Colin Farrell) había conquistado el noventa por ciento del mundo conocido, llevando a sus ejércitos a través de veintidós mil millas de asedios y conquistas en un período de apenas ocho años. Proveniente de la pequeña Macedonia, Alejandro se enfrentó al poderoso Imperio Persa, avanzó hacia el oeste hasta Egipto y finalmente hizo su camino hacia el este, llegando a la India.

La película se centra en esos intensos y decisivos ocho años de batallas, que no solo fueron definitorias para el destino de civilizaciones enteras, sino que también moldearon la vida de Alejandro a un nivel personal. A medida que avanza su historia, se explora su relación con su amigo de la infancia y compañero en el campo de batalla, Hefestión (Jared Leto), cuyas leales interacciones son fundamentales para entender la complejidad emocional de Alejandro. A través de sus conquistas sangrientas, la conexión entre Alejandro y Hefestión se profundiza, mostrando una amistad que trasciende la mera camaradería militar y se entrelaza con la ambición desmedida de Alejandro.

La narrativa revela cómo la determinación y los conflictos internos de Alejandro moldean su carácter como conquistador. En sus enfrentamientos con adversarios como el rey persa Darío III, se refleja su genialidad táctica y su feroz voluntad. Pero también se pone de relieve la carga emocional de su ambición, que se ve marcada por pérdidas personales y el sacrificio de aquellos que le rodean.

A lo largo de su travesía, la película muestra el impacto duradero que tuvieron las conquistas de Alejandro, no solo en su época, sino en la posteridad. Su hito de la difusión de la cultura griega en las regiones conquistadas facilitó el crecimiento del cristianismo siglos después y eliminó obstáculos que pudieron haber frenado la expansión del Imperio Romano. La historia que se narra en la pantalla revela que el mundo que conocemos hoy podría no haber existido de no ser por las brutales, pero a la vez unificadoras, acciones de Alejandro Magno.

La figura de Alejandro se presenta como un paradoja: un líder carismático y un guerrero invencible, pero también un hombre atormentado por la soledad, la ambición y la inevitable fatalidad. Cada batalla que libra está cargada de significado, y su trágica muerte a los treinta y dos años, a causa de una enfermedad, deja un vacío en la historia, marcando el final de una era y el comienzo de un legado que resonará a lo largo de los siglos.