Un ángel en mi mesa

Janet Frame era una niña prodigio que, en su adolescencia, fue diagnosticada erróneamente con esquizofrenia. Su historia nos invita a explorar su descubrimiento del mundo y su vida en Europa, mientras sus libros son publicados y reciben aclamación internacional. En la Nueva Zelanda de las décadas de 1920 y 1930, Janet crece en una familia de escasos recursos, rodeada de varios hermanos y hermanas. Desde muy pequeña, se siente diferente de los demás niños, con una mente inquieta y una sensibilidad artística que la distingue.

A pesar de sus notables habilidades intelectuales y su deseo de aprender, Janet enfrenta el estigma de ser considerada «anormal». A pesar de obtener educación como maestra, su vida da un giro drástico cuando es interna en una institución mental, donde pasa ocho años luchando contra el sistema que no logra comprender su singularidad. Este periodo oscuro de su vida se convierte en un campo fértil para la creatividad. Durante su tiempo en el manicomio, comienza a escribir, transformando su dolor y sufrimiento en arte. Janet descubre que la literatura es su vía de escape y, al mismo tiempo, su forma de reivindicarse ante el mundo.

El camino hacia el éxito literario de Janet no es fácil, pero su perseverancia y talento finalmente la llevan a publicar sus primeras novelas. Su estilo único, caracterizado por una prosa poética y una profunda exploración de la psicología humana, comienza a captar la atención de críticos y lectores. A medida que sus obras ganan reconocimiento, Janet se embarca en un viaje a Europa, donde se siente más en sintonía con su identidad artística. El viejo continente la inspira y le brinda la oportunidad de conectarse con otros espíritus creativos, alimentando aún más su pasión por la escritura.

A través de sus experiencias, la serie explora temas complejos como la salud mental, la búsqueda de la identidad y el impacto de la sociedad sobre el individuo. Janet Frame emerge como una figura resiliente y poderosa que desafía las normas de su tiempo, convirtiéndose no solo en una escritora aclamada, sino también en un símbolo de la lucha por la autoaceptación y la libertad creativa. La historia de Janet es un viaje de autodescubrimiento,testimonio de la capacidad del arte para superar el sufrimiento y la marginación. Su legado perdura, inspirando a futuras generaciones a encontrar su voz en un mundo que a menudo silencia a los diferentes.