André y Wally B.

Un android sin cerebro despierta para ser burlado por una enorme abeja.
En el amanecer de un bosque misterioso, AndrÉ emerge de un profundo letargo, sus sistemas recién activados procesando el entorno desconocido que lo rodea. La luz del sol se filtra a través de las hojas, creando un hermoso pero engañoso paisaje. Sin embargo, su momento de tranquilidad se interrumpe rápidamente por la aparición de Wally, una abeja gigantesca con una personalidad ciertamente molesta, que no pierde la oportunidad de jugar con su nuevo «amigo».

Wally, con su zumbido ruidoso y burlón, no tarda en dar sacudidas a la mente aún poco entrenada de AndrÉ. Con astucia e ingenio, la enorme abeja comienza a provocar a AndrÉ, quien lucha por comprender tanto su existencia como la esencia del comportamiento de Wally. Las interacciones entre ambos personajes se convierten en un juego de ingenio y torpeza, donde AndrÉ, incapaz de concebir la malicia de Wally, se siente confundido y al mismo tiempo fascinado.

En un momento de claridad, AndrÉ decide que ha tenido suficiente de las burlas y, apuntando en la dirección opuesta, aprovecha la distracción de Wally para salir disparado en una carrera desesperada. Sin embargo, Wally, que percibe la súbita movida, rápidamente se da cuenta de la maniobra de AndrÉ y comienza una persecución animada por el bosque. Esta dinámica de cazador y presa sitúa a los personajes en un viaje lleno de acción, donde AndrÉ no solo está intentando escapar físicamente, sino también lidiando con su propia identidad y las emociones que comienzan a florecer en su interior.

A medida que avanza la historia, la relación entre ambos personajes evoluciona. Las burlas de Wally, que al principio parecen ser solamente tormentos, comienzan a dar paso a un tipo de camaradería improbable. AndrÉ empieza a aprender sobre el mundo que lo rodea a través de las travesuras de Wally. Esto plantea preguntas profundas sobre la amistad, la soledad y el sentido del ser, temas que resuenan en la audiencia.

Las escenas están cargadas de humor y ternura, presentando un viaje que va más allá de la mera supervivencia en un bosque. A lo largo de su viaje, AndrÉ no solo trata de eludir a Wally, sino que se embarca en un camino hacia el autodescubrimiento, enfrentando obstáculos que lo llevan a cuestionarse su propósito en un mundo donde las máquinas buscan entender lo humano. Mientras tanto, Wally demuestra ser más que una simple abeja burlona; la complejidad de su carácter se despliega, revelando deseos, temores y la búsqueda de conexión.