Augusto: El Primer Emperador

César Augusto narra cómo se convirtió en emperador a su reacia hija, Julia, tras la muerte de su esposo Agripa. En el año 42 a.C., Roma se encuentra en medio de una guerra civil. Junto a su amigo Agripa, el joven Augusto viaja a España para ayudar a Julio César en su lucha contra las tropas de Pompeyo. Aunque están en clara desventaja numérica, logran derrotar a Pompeyo, lo que lleva a César a honrar a su hijo adoptivo Augusto con un triunfal regreso a Roma. Posteriormente, César envía a Augusto a Grecia, acompañado de sus amigos Agripa y Mecenas.

Allí, Augusto recibe la devastadora noticia del asesinato de César y regresa a Roma junto a sus compañeros. Una vez en la capital, logra ganarse tanto el apoyo del pueblo como el poder político, enfrentándose a los conspiradores que asesinaron a su mentor. En su lucha, encuentra un aliado en Marco Antonio, quien no solo persigue a Bruto y Casio, los principales conspiradores, sino que también inicia una ola de ejecuciones que prácticamente extermina a la antigua clase dirigente romana. Entre las víctimas se encuentra el esposo de Livia Drusilla, una mujer que Augusto había amado en su juventud.

A través de una combinación de suerte y astucia, Augusto y Marco Antonio logran vencer a las fuerzas de Bruto y Casio en la batalla de Filipos. Sin embargo, Augusto se ve obligado a compartir su imperio con Marco Antonio, quien, en el transcurso, se convierte en amante de la reina egipcia Cleopatra. En respuesta a esta traición, Augusto declara la guerra contra ambos, y tras una campaña militar exitosa, se convierte en el único gobernante del Imperio Romano.

Durante su reinado, Roma no solo experimenta un periodo de paz y prosperidad, sino que también se convierte en un centro de florecimiento artístico y cultural. Su nueva esposa, Livia Drusilla, se convierte en su más importante consejera política, jugando un papel crucial en las decisiones del emperador. Livia descubre que Ilio, el hijo de Marco Antonio y amante de su hija Julia, está tramando asesinar al emperador, lo que desata una serie de intrigas y conflictos que pondrán a prueba la lealtad y la ambición de todos los involucrados. Así, la historia de César Augusto se convierte en un relato épico de poder, traición y el destino que lo llevó a forjar un nuevo orden en el mundo antiguo.