Financiado

Dos hermanos milennials sin rumbo se encuentran en una situación inesperada cuando, tras una intensa noche de risas y humo, deciden dar rienda suelta a su creatividad y lanzar una aplicación audaz de justicia social. Con la mente agitada por el ambiente festivo y el deseo de cambiar el mundo a su manera, les surge una idea: una plataforma que busca conectar a las personas con causas significativas, ayudando a donar tiempo y recursos a proyectos comunitarios. La idea, aunque brillante, es solo el principio de una travesía llena de desafíos y, por supuesto, de comedia.

A medida que la noticia de su «innovadora» aplicación se propaga, los hermanos, que apenas saben lo que implica crear una startup, terminan atraídos por la atención de inversores que están dispuestos a inyectar millones en su idea. Sin embargo, cuando el dinero comienza a fluir y las expectativas se elevan, deben enfrentar la dura realidad de que desarrollar una app no es tan fácil como venderla. Los ingenieros de software son escasos, sus propios conocimientos están bastante limitados, y la presión de cumplir con sus promesas se convierte rápidamente en una carga aplastante.

La relación entre los dos protagonistas, una mezcla de bromas y momentos sinceros, profundiza a medida que se diferencian en sus enfoques. Uno de ellos, más idealista y apasionado por la causa, comienza a cuestionar si el producto que están creando realmente refleja los valores que ambos dicen defender. El otro, pragmático y realista, empieza a dudar de su capacidad para llevar a buen puerto la idea. A través de deslices hilarantes, malentendidos y una serie de personajes excéntricos que se cruzan en su camino, la historia explora la lucha por encontrar un balance entre la ambición y el compromiso social.

En el fondo, la película no solo se centra en la creación de una app; es un viaje de autodescubrimiento en el que los protagonistas deben enfrentarse a sus propias inseguridades, el temor al fracaso y la presión de la sociedad moderna. La comedia y el drama se entrelazan, ofreciendo una reflexión sobre cómo las aspiraciones, incluso las más locas, pueden llevar a la transformación personal, pero también pueden desdibujar la línea entre el éxito y la autenticidad.

Al final, lo que comienza como un proyecto impulsado por el humo y la risa se convierte en una lección sobre la responsabilidad, la amistad y el verdadero significado de ejercer un cambio, dejando al público con preguntas sobre el futuro de la justicia social en un mundo cada vez más digitalizado.