Nacido en Siria

Este documental íntimo sigue a un grupo de niños refugiados sirios que logran escapar de una vida de tormento y se esfuerzan por integrarse en una tierra extranjera. A través de sus ojos, el espectador es testigo de la cruda realidad que enfrentan estos pequeños, quienes, después de huir de la guerra y la violencia, deben reconstruir sus vidas en un país donde todo es nuevo y a menudo aterrador.

A medida que se desarrolla la narrativa, cada niño revela su historia personal, cargada de sufrimiento, esperanza y resiliencia. Entre ellos, encontramos a Layla, una niña valiente que, tras perder a su familia en un ataque, se aferra a los recuerdos felices de su infancia mientras se adapta a su nueva vida en un centro de acogida en Europa. También conocemos a Samir, un niño de diez años que, a pesar de llevar el peso de un pasado doloroso en sus hombros, muestra una inquebrantable determinación por aprender el idioma del país que lo acoge y por hacer nuevos amigos.

El documental se sumerge en las luchas cotidianas de estos niños, desde las dificultades de comunicarse hasta el desafío de lidiar con el trauma emocional. Se aborda la importancia de la educación como un camino hacia el futuro, donde los niños no solo buscan aprender matemáticas y ciencias, sino también recuperar su infancia y encontrar un sentido de pertenencia. Las historias de amistad que surgen entre ellos no solo sirven como una fuente de consuelo, sino que también reflejan la fuerza del espíritu humano en medio de la adversidad.

En medio de un contexto político tenso y cargado de prejuicios, el documental logra humanizar a estos niños, mostrando que, a pesar de situarse en diferentes geografías, sus sueños y aspiraciones son universales. Desde aprender a andar en bicicleta hasta celebrar festividades en su nuevo hogar, estas pequeñas victorias se convierten en símbolos de esperanza y nueva vida.

Este retrato conmovedor y realista de la infancia en tiempos de crisis invita a la reflexión sobre la empatía y la solidaridad, recordándonos que cada niño, independientemente de su origen, merece tener sueños y la oportunidad de realizarlos. Con una cinematografía cuidadosa que destaca tanto la belleza de la inocencia infantil como la dureza de su realidad, este documental es una experiencia conmovedora y transformadora.