Gato y perro

Con un policía malhumorado pisándoles los talones, un amante de los gatos y un ladrón de joyas forman una insólita dupla en su búsqueda por encontrar a sus mascotas perdidas y atravesar el camino desde Montreal hasta Nueva York. La historia comienza con Alex, un simpático pero desafortunado amante de los gatos, quien ha perdido a su felino favorito, un curioso gato llamado Miau, en medio de una confusión en un mercado callejero. Por otro lado, está Carla, una astuta ladrona de joyas que acaba de hacer su mayor atraco, llevándose una valiosa pieza de una exhibición en Montreal. Sin embargo, su ilusión se ve interrumpida cuando se da cuenta de que su perro, Rex, ha desaparecido mientras ella huía del lugar.

Ambos personajes, aunque de mundos totalmente diferentes, se ven obligados a unirse para enfrentar no solo el desafío de encontrar a sus queridas mascotas, sino también de lidiar con el incesante acoso del inspector Martínez, un policía experimentado que tiene un olfato infalible para descubrir el crimen. Con un humor ácido y una tenacidad inquebrantable, el inspector sigue cada movimiento de Alex y Carla, haciendo que su travesía sea aún más complicada.

A medida que el dúo avanza hacia Nueva York, recorren coloridos barrios y enfrentan divertidas situaciones. Desde un concierto improvisado en una plaza de Montreal hasta un encuentro inesperado con un grupo de ladrones rivales en Brooklyn, su camino se convierte en una mezcla de comedia y acción. Cada incidente no solo prueba su ingenio, sino que también forja una profunda amistad entre ellos, donde ambos comienzan a descubrir sus vulnerabilidades y se ayudan mutuamente a enfrentar los fantasmas de su pasado.

La búsqueda de Miau y Rex se convierte en un símbolo de la conexión emocional que ambos personajes anhelan en sus vidas. A lo largo de su viaje, se plantean preguntas sobre la lealtad, la amistad y lo que realmente significa tener un hogar. La trama fluye entre momentos de tensión cómica y emocionantes giros, manteniendo al espectador al borde de su asiento. Sin embargo, no todo es risas: los personajes también se encuentran con dilemas éticos y la reflexión sobre el impacto de sus acciones, enfrentándose a las consecuencias de una vida de crimen mientras tratan de hacer lo correcto al final del día.

La historia se convierte así en una travesía de autodescubrimiento, donde no solo buscan a sus mascotas, sino también un sentido de pertenencia y redención en un mundo caótico.