Cat Person

Cuando Margot, una estudiante de segundo año de universidad, sale en una cita con el mayor Robert, descubre que no se parece en nada al Robert con quien ha estado coqueteando a través de mensajes de texto. Esta historia es una incisiva exploración de los horrores que conlleva el mundo de las citas.

Margot conoce a Robert mientras trabaja en el puesto de concesiones de un cine independiente local. Él entra solo, compra palomitas y golosinas. Ella, atrapada en la monotonía de su trabajo, comienza a coquetear con él, y rápidamente desarrollan una conexión algo torpe y entrecortada. Desde el principio, Robert es muy sensible e inseguro, y Margot se da cuenta de que, si se esfuerza un poco más en no decir nada que pueda ofenderlo, pueden disfrutar de un intercambio de bromas y chistes. Sin embargo, la dinámica de su relación plantea la pregunta sobre sus verdaderos sentimientos: ¿realmente le gusta o son más bien una ilusión creada por la situación?

A sus 20 años, Margot es consciente de que Robert es mayor que ella e inicialmente cree que está en sus últimos 20, pero lo que no sabe es que él tiene 34 años, lo que genera un aire de misterio y complicaciones en su interés. A medida que avanzan las interacciones entre ellos, el tono de la película se vuelve más introspectivo, adentrándose en las inseguridades de la juventud y la dificultad de conectar genuinamente en una era dominada por las redes sociales y la superficialidad.

La trama profundiza en los anhelos de Margot por encontrar una relación auténtica, mientras navega por las complicadas aguas de la madurez emocional. La interacción con Robert, aunque inicialmente atractiva, comienza a revelar la desilusión de conocer a alguien cuya imagen idealizada no puede coincidir con la realidad. La historia teje humor y angustia en un relato cautivador, reflejando la lucha interna de Margot por equilibrar sus expectativas con la realidad de las relaciones modernas.

Esta exploración aguda del amor y el desencanto deja al espectador sumido en una reflexión sobre lo que significa realmente conectar con otro ser humano en un mundo donde la comunicación es a menudo superficial y donde las primeras impresiones pueden ser completamente engañosas. Es una oportuna mirada a la vulnerabilidad que conlleva el amor, mostrando que, en ocasiones, el verdadero horror no es salir con alguien, sino los miedos y deseos que llevamos dentro.