Chappie

En un futuro cercano, la delincuencia es controlada por una fuerza policial mecanizada. Chappie, un droid policial, es robado y reprogramado, convirtiéndose en el primer robot capaz de pensar y sentir por sí mismo.

En Johannesburgo, el departamento de policía ha logrado reducir la alta tasa de criminalidad gracias a los robots de la compañía Tetravaal, diseñados por el ingeniero Deon Wilson. La competencia es feroz, y el exmilitar Vincent Moore siente envidia de Deon, ya que ha desarrollado otro proyecto llamado Moose, un robot de combate. Sin embargo, ni Tetravaal ni el departamento de policía muestran interés en su creación. Mientras tanto, Deon ha estado trabajando en una inteligencia artificial revolucionaria, pero su jefa, la CEO de Tetravaal, Michelle Bradley, le ordena abortar el proyecto, temiendo su potencial peligrosidad.

Desesperado por probar su A.I., Deon decide rescatar al Robot 22, un modelo dañado destinado a ser destruido. Sin embargo, su vida da un giro inesperado cuando es secuestrado por un grupo de criminales: Ninja, Yo-Landi y Amerika, quienes pretenden utilizar sus conocimientos para detener a los policías robóticos. Al ver al robot dañado en la furgoneta, fuerzan a Deon a que lo reprograma para que los ayude a realizar robos, nombrándolo Chappie. A medida que la historia avanza, Chappie, con su inocencia y curiosidad infantil, se enfrenta a los dilemas de la moralidad y la ética, requiriendo entrenamiento para aprender a navegar el nuevo mundo que lo rodea.

El desarrollo del personaje de Chappie es central en la trama, ya que comienza a cuestionar su identidad y el significado de ser «vivo». A la par, Vincent sigue de cerca a Deon, maquinando un siniestro plan para activar su propia creación, buscando reafirmar su propia importancia y demostrar que los robots de combate, como Moose, son superiores. La tensión entre el progreso tecnológico y la humanidad se convierte en un tema recurrente mientras Chappie intenta entender el amor, la lealtad y el dolor, desafiando las expectativas de sus captores y explorando su propia autonomía.

La película plantea preguntas profundas sobre la naturaleza de la vida y la conciencia, convirtiendo a Chappie en un símbolo de esperanza, vulnerabilidad y la posibilidad de redención en un mundo cada vez más deshumanizado. La lucha de Chappie por encontrar su lugar en la sociedad refleja una crítica a la despersonalización en la era moderna, invitando a los espectadores a reflexionar sobre el futuro de la inteligencia artificial y la relación entre humanos y máquinas.