Bailar en la oscuridad

Una inmigrante estadounidense de Europa del Este con un amor por los musicales debe enfrentarse a la gradual pérdida de su visión. En un pequeño pueblo del estado de Washington en 1964, Selma Jezková, una inmigrante checoslovaca, vive con su hijo preadolescente Gene en una casa rodante alquilada a Bill y Linda Houston, siendo Bill el sheriff del pueblo. Selma cuenta con un círculo cercano de amigos, entre los que destacan su compañera de trabajo y confidente principal, Kathy, y Jeff, un joven que aspira a ser su novio. Jeff espera con frecuencia a las afueras del trabajo de Selma para ofrecerle un aventón a casa, aunque ella siempre se niega, sin querer darle falsas esperanzas.

La vida de Selma gira en torno a su empleo en la línea de ensamblaje de la fábrica Anderson Tool, donde trabaja arduamente, complementando su salario con cualquier otra actividad que le permita juntar dinero. Sin embargo, hay un secreto que solo Kathy conoce: Selma está perdiendo la vista debido a una condición genética. A pesar de su deterioro visual, Selma puede ver lo suficiente para cumplir con su trabajo, y su mayor motivación para estar en Estados Unidos es ahorrar lo necesario para una operación que permita a su hijo Gene recuperar la vista cuando cumpla 13 años; por ahora, él ignora tanto la situación de su madre como la suya propia.

A pesar de las adversidades, Selma se permite un pequeño placer en su vida: los musicales. Su amor por estos es un refugio que le permite escapar de su sombría realidad. Kathy la acompaña a menudo al cine, donde disfrutan de clásicos musicales, y ella se convierte en los ojos de Selma, describiendo las escenas, lo que a veces genera incomodidad entre otros espectadores. Selma también tiene un papel destacado como María en una producción comunitaria de «La novicia rebelde». A medida que Selma logra reunir el dinero para la operación de Gene, se siente atrapada entre el tiempo que se agota y el temor a perder la vista por completo, lo que significaría no solo perder su trabajo, sino también el papel que tanto anhela.

Sin embargo, la situación se complica cuando Bill enfrenta problemas financieros que podrían amenazar el bienestar de su familia y, por ende, el sueño de Selma de brindar una vida mejor a su hijo. A medida que se intensifican los desafíos, Selma debe encontrar una forma de avanzar y luchar por su sueño y el de Gene, enfrentándose a la oscuridad que se cierne sobre su futuro.