Plazo

Una guionista viaja a una casa abandonada para terminar un guion a tiempo, pero una serie de sucesos extraños la llevan a un colapso psicológico. Alice, de 32 años, es una escritora en proceso de recuperación tras una crisis psicológica. Para sanar y concentrarse en finalizar su guion antes de la inminente fecha de entrega, decide retirarse a una remota casa victoriana, un lugar prometedor para escapar del caos de su vida y encontrar la inspiración que necesita. Sin embargo, su llegada a la casa se ve marcada por un ambiente inquietante, donde ruidos inexplicables perturbaban la calma y sucesos extraños se convierten en su nueva realidad.

A medida que los días pasan, el aislamiento de Alice comienza a transformarse en una lucha interna. Su mente se llena de visiones aterradoras, y su imaginación desbordante la empuja hacia oscuros rincones que jamás había explorado. Frustrada por su incapacidad para concentrarse y aterrorizada por lo que está viviendo, comienza a cuestionar su propia cordura. La atmósfera de la casa parece alimentarse de sus miedos, convirtiendo cada sombra en una amenaza y cada ruido en un recordatorio de su pasado tormentoso.

En su búsqueda por desentrañar la verdad detrás de los escalofriantes acontecimientos, Alice decide aventurarse al frío y polvoriento ático de la casa. Allí, encuentra una caja de zapatos que contiene cintas de mini-DV, un hallazgo que cambiará su vida para siempre. Mientras visiona las grabaciones, cada cinta revela fragmentos de un secreto aterrador que conecta su propia historia con el pasado oscuro de la casa. A medida que desbloquea estos recuerdos, las barreras de su mente comienzan a desmoronarse, enfrentándola a sus peores temores.

El viaje de Alice se convierte en una exploración de su psique, donde lo que inicialmente parecía ser un simple retiro creativo se transforma en un viaje psicológico sin retorno. La dualidad entre la lucha creativa y la lucha personal se entrelaza con la historia, destacando temas de trauma, memoria y la búsqueda de la verdad. En esta tensión entre lo real y lo imaginario, Alice se encuentra en un precipicio donde la escritura se convierte en su única salvación o su ruina irrevocable. La casa, lejos de ser un refugio, se convierte en un espejo de su tormento interno, desdibujando los límites entre la ficción que intenta crear y la horripilante realidad que está enfrentando.