No culpes al karma

Cuando su hermana menor y el chico del que estaba enamorada en la secundaria se comprometen, Sara se enfrenta a un torbellino emocional que la lleva a cuestionar su vida. Desde pequeña, ha creído que la mala suerte la persigue como una sombra constante, siempre arruinando sus momentos más esperados. Al principio, sus tropiezos parecen ser pequeñas anécdotas de una vida poco afortunada, pero la noticia del compromiso la lleva a preguntarse si realmente es su destino el que ha jugado en su contra.

Sara, una joven soñadora que ha dedicado su tiempo a la escritura y la búsqueda del amor verdadero, encuentra su mundo patas arriba. A medida que ella observa la felicidad que siente su hermana, no puede evitar preguntarse si siempre estará en la sombra de los demás. Sus inseguridades florecen y la ansiedad se convierte en su compañera constante. Decidida a cambiar el curso de su historia, comienza a investigar los momentos de mala suerte en su vida, desde los desastres en sus citas hasta las oportunidades profesionales que parecen escaparle.

En su búsqueda, Sara se rodea de un grupo diverso de amigos que le ofrecen apoyo y, en ocasiones, consejos no solicitados. Su mejor amiga, una romántica empedernida, le anima a asumir riesgos y salir de su zona de confort, mientras que un colega escéptico la desafía a ser más realista sobre su situación. Este contraste de perspectivas es un eje central de la trama, presentando tanto la esperanza como el realismo en el amor y la vida.

A medida que Sara profundiza en su autoconocimiento, descubre secretos familiares que revelan que la mala suerte puede ser más una cuestión de perspectiva que de destino. Enfrentando sus miedos y aceptando la posibilidad de que sus propios pensamientos puedan estar saboteando su felicidad, empieza a ver oportunidades donde antes solo había obstáculos.

La historia no solo trata sobre el amor y la pérdida, sino también sobre la lucha interna y la superación personal. A través de momentos cómicos, conmovedores y reveladores, Sara aprende que, a veces, la única manera de cambiar el rumbo de nuestra vida es enfrentando nuestros propios demonios. En su camino hacia el empoderamiento, la joven se redescubre, dando lugar a un desenlace que, aunque inesperado, la prepara para un futuro lleno de posibilidades.