Ernesto

En 1911, en Trieste, Ernesto, un joven privilegiado de 17 años, explora su sexualidad en un ambiente complejo y lleno de tensiones. Hijo de una madre judía y un padre no judío que ha abandonado a la familia, su vida está marcada por la influencia de su tío Giovanni y su tía Regina, quienes lo envían a trabajar en una oficina de una empresa comercial. Sin embargo, el trabajo no es lo que anhela; su verdadero sueño es convertirse en violinista.

Durante un día cualquiera, mientras se encuentra solo en el almacén, se cruza con un joven mozo de caballería al que previamente había dado órdenes de trabajo. Atraído por la curiosidad y la promesa de nuevas experiencias, Ernesto acepta encontrarse con el joven. Aunque es muy consciente de las intenciones sexuales del mozo, se deja llevar y comienza una relación sexual repetida. No obstante, después de una intensa experiencia heterosexual con una prostituta, decide que ese tipo de encuentros no son lo que busca y termina alejándose del mozo. Este cambio de dirección lo lleva a renunciar a su trabajo y dedicarse por completo al estudio del violín.

En un concierto, el destino lo presenta a Emilio, un talentoso violinista de 15 años que destaca por su belleza clásica. La conexión que surge entre los dos jóvenes es inmediata y profunda, dando inicio a una amistad intensa que, sin embargo, se ve amenazada por celos y posesividad. Cada uno encuentra en el otro una amistad que desafía las normas de su entorno, pero la llegada de Rachele, la hermana gemela de Emilio, añade una nueva capa de complicación a la vida de Ernesto.

A medida que sus sentimientos se intensifican, Ernesto se encuentra en una encrucijada emocional. La intensa conexión que siente hacia Emilio compite con una creciente atracción hacia Rachele, lo que lo sumerge en confusiones sobre su propia identidad y deseos. En este complejo triángulo amoroso, Ernesto debe confrontar sus miedos y deseos, cuestionándose si realmente desea la cercanía con el hermano o si su corazón anhela a la hermana. La historia refleja las luchas del crecimiento personal, la búsqueda de la identidad y la exploración del amor en todas sus formas, en un contexto histórico donde los prejuicios y las expectativas sociales añaden un peso a las decisiones de los personajes.