Todo saldrá bien

Un viudo que se da cuenta de que su única conexión con su familia es a través de su esposa emprende un viaje inesperado por carretera para reunirse con cada uno de sus hijos adultos.

Frank Goode vive solo en Elmira, Nueva York. Es un reciente viudo con problemas cardíacos y ha pasado gran parte de su vida trabajando en una fábrica, donde se ha sentido orgulloso de haber impulsado a sus cuatro hijos hacia el éxito. Sin embargo, el verano trae consigo la decepción cuando todos sus hijos cancelan una reunión familiar que había esperado con ansias. A pesar de las advertencias de su médico, Frank decide que no puede seguir esperando y que es hora de hacer algo al respecto. Impulsado por el deseo de reconectar con su familia, se embarca en un viaje por carretera con el propósito de visitar a cada uno de sus hijos.

El primer destino es la bulliciosa ciudad de Nueva York, donde su hijo artista se ha sumergido en un mundo de creatividad, pero a su vez en una lucha interna por encontrar su identidad. A medida que Frank intenta acercarse a él, se da cuenta de que la distancia que percibe va más allá de la geografía. La siguiente parada es Chicago, donde su hija, una ejecutiva de publicidad, se pasa las horas rodeada de la vida laboral acelerada, dejando poco espacio para las relaciones familiares. La sorpresa que encuentra en sus ojos lo deja descolocado, y se pregunta cómo pudo haber llegado a esta desconexión.

El viaje continúa hacia Denver, donde su hijo, un conductor que se encuentra de gira, parece perdido en un mundo que no es el suyo. La carretera no solo lo lleva a sus destinos, sino también a una confrontación con los sentimientos reprimidos y las expectativas no cumplidas. Finalmente, en Las Vegas, su hija, una artista de actuación, brilla en el escenario, pero detrás del maquillaje y las luces brillantes, Frank descubre que también lleva un peso emocional que no había percibido.

A lo largo de este viaje, cada encuentro presenta nuevos retos y revela la evolución de sus hijos. Frank se enfrenta a la dura realidad de que su familia no es la imagen idealizada que había mantenido en su mente. Sin embargo, cada conversación y cada momento emocional compartido lo llevan a reconsiderar su papel como padre y a cuestionarse si puede adaptarse a la nueva realidad de sus hijos, quienes han vivido y crecido lejos de su control. Este viaje inesperado es una oportunidad para sanar viejas heridas y redescubrirse a sí mismo en el proceso, mientras busca la conexión que tanto anhela.