Lejos, tan cerca

Un grupo de ángeles en la capital alemana observa con nostalgia la vida de los humanos. Apostados en el hombro de la imponente estatua de bronce de Victoria, el compasivo ángel Cassiel y su nueva confidante celestial, Raphaela, se sumergen en los monólogos internos silenciosos de los desprevenidos ciudadanos de una Berlín que ahora se encuentra unida. Cassiel, mientras la vida de los mortales transcurre ante sus ojos, siente un profundo anhelo por su amigo Damiel, quien eligió descender a la Tierra en la aclamada película «El cielo sobre Berlín» de 1987. La ausencia de Damiel, con su visión del mundo humano lleno de matices y color, deja a Cassiel en un estado de melancolía y anhelo por experimentar esa riqueza emocional.

A medida que Cassiel contempla las complicaciones y bellezas de la experiencia humana, comienza a sentirse cada vez más tentado por la idea de renunciar a sus alas y a su existencia celestial para abrazar una vida humana llena de colores y emociones. Cuando su corazón compasivo lo lleva a quebrantar la ley divina no escrita para salvar la vida de un inocente, su deseo se convierte en realidad. En este punto, Cassiel se transforma de un ser etéreo a un mortal, pero no sin consecuencias. Al igual que su amigo Damiel, ahora Cassiel se enfrentará bruscamente a las complejidades y contradicciones de la existencia humana.

La vida en la Tierra no es solo un paseo por paisajes idílicos; está llena de sufrimiento, amor, pérdidas y alegrías efímeras. Cassiel, en su nueva forma, experimenta la vulnerabilidad de ser humano y la lucha por encontrar propósito en medio del caos diario. La narración explora profundamente la dualidad entre la tranquilidad de su antigua existencia y las tormentas emocionales que caracterizan a la experiencia humana. Junto a Raphaela, quien lo guía y acompaña en este viaje, Cassiel deberá decidir si sus experiencias terrenales pueden llevarlo a hacer del mundo un lugar mejor o si, por el contrario, se perderá en la maraña de pasiones y aflicciones que lo rodean.

La historia invita a la reflexión sobre el significado de lo que significa ser humano, la fragilidad de la vida y la búsqueda de conexión en un mundo a menudo solitario. A medida que Cassiel se adentra en la experiencia humana, el público es llevado a un viaje emocional que desafía nuestras percepciones sobre el amor, el sacrificio y la redención.