Fyre Festival: La película

En FYRE: EL GRAN FESTIVAL QUE NUNCA SUCEDIÓ, nos adentramos en el tumultuoso año de 2016. Billy McFarland, un emprendedor en ascenso, ha conseguido la alianza del rapero Ja Rule para desarrollar una innovadora aplicación que promete ser el servicio de reservas definitivo: un sitio único para programar a las estrellas más grandes para cualquier ocasión. Para lanzar esta ambiciosa app, McFarland imagina el festival de música más grande y lujoso de todos los tiempos.

Con la intención de promocionar el Fyre Festival, decide llevar a las Bahamas a una docena de los modelos más reconocidos del mundo, creando un video que captura la esencia de la belleza, la fiesta y el lujo, diseñado para volverse viral. Además, realiza acuerdos con celebridades que prestan sus nombres, buscando «influir» en los posibles asistentes adinerados. Promete lujosos alojamientos, entretenimiento de primer nivel, comida exquisita y diversión interminable. En un abrir y cerrar de ojos, apenas a 48 horas del comienzo del frenesí en redes sociales, la mayoría de las entradas ya están vendidas, alcanzando precios desorbitantes de hasta 250,000 dólares por algunas de las experiencias más exclusivas.

Sin embargo, surge un problema monumental: el evento no se llevará a cabo. Lo que sigue es una serie de desastres menores a medida que se asegura un lugar para el festival y los planes se intentan en vano. Cada día trae consigo nuevos contratiempos que crean un ambiente de tensión creciente, mientras los organizadores intentan cumplir con las enormes expectativas. A lo largo de la película, el director Chris Smith entrevista a las numerosas personas, en su mayoría bien intencionadas, que intentaron hacer realidad las promesas de McFarland.

Entre ellos se encuentran trabajadores bahameños que, sin haber recibido su pago, se encuentran atrapados en una tormenta de deceición y desilusión. Viven la experiencia de un fiasco financiero monumento y el desasosiego de un compromiso no cumplido. Las dificultades crecen y el sueño se desmorona, mostrando cómo la ambición desmedida puede llevar a la ruina no solo a quienes organizan, sino también a aquellos que confían en la visión de un futuro grandioso, evidenciando las grietas entre la imagen brillante que se proyecta y la cruda realidad que aguarda. Este documental se convierte en un retrato cautivador de una estafa social de proporciones épicas, donde el glamour y la nostalgia por lo que podría haber sido chocan con la dura realidad del fracaso.