Henry: Retrato de un asesino en serie

Al llegar a Chicago, Henry se instala con su antiguo conocido Otis, un exconvicto a quien comienza a instruir en el oscuro arte de ser un asesino en serie. La película, que se inspira de manera libre en la vida del infame Henry Lee Lucas, sigue las cruentas andanzas de Henry y su compañero de habitación, un hombre de vida complicada que se convierte en aprendiz de un asesino profesional.

La trama se adensa cuando la hermana de Otis, Becky, llega a quedarse con ellos. Su presencia trae un rayo de luz a la sombría vida de Otis, pero también se convierte en el catalizador de una serie de asesinatos indiscriminados. Henry, que no tiene reparos en asesinar a personas al azar, presenta a Otis un mundo donde el asesinato es la norma, no la excepción. La influencia de Henry sobre Otis revela una dualidad inquietante; mientras Otis lucha con su moralidad, Henry opera como un depredador sin remordimientos, llevando a su compañero a un abismo de violencia y caos.

Los asesinatos que cometen son brutales y fríos, destacándose uno particularmente horrendo donde atacan a una familia entera durante una invasión a su hogar. Este acto desgarrador no solo muestra el nivel de deshumanización de Henry, sino que también afecta profundamente a Otis, quien, aunque inicialmente se siente emocionado por la violencia, comienza a cuestionar su propia humanidad a medida que se adentra más en este mundo sombrío.

Através de estas interacciones, la película profundiza en temas como la desensibilización hacia la violencia y la pérdida de la empatía. Henry, un personaje carente de compasión, no deja testigos de sus crímenes, lo que se convierte en un símbolo de su naturaleza despiadada. El entorno urbano de Chicago sirve como telón de fondo para esta oscura relación, destacando la soledad y el peligro que acechan en sus calles.

En última instancia, esta obra no solo ofrece un vórtice escalofriante en la mente de un asesino, sino que también presenta un estudio perturbador sobre cómo el mal puede influir y transformar a aquellos que son irresistiblemente atraídos por él. La evolución de Otis, atrapado entre la fascinación y el horror, añade una capa de complejidad emocional a la narrativa, convirtiendo la historia en un viaje que explora los límites de la moralidad y la naturaleza humana en su forma más oscura.