King Kong vive

Kong cae de las Torres Gemelas y, aunque parece estar vivo, su corazón está fallando, por lo que se le reemplaza por uno artificial. Todo marcha bien hasta que siente que hay una hembra de Kong en algún lugar y escapa causando estragos.

Durante una trágica caída desde lo alto de la Torre Norte del World Trade Center, el icónico gorila gigante, el Rey Kong, parece haber sobrevivido, pero su vida está en un estado crítico. Después de una década en coma, su único rayo de esperanza es la necesidad urgente de una transfusión de sangre para poder implantar un corazón artificial que le devuelva la vida. Este proceso delicado despierta tanto el escepticismo como la esperanza en el equipo médico, quienes luchan por salvar al mítico gorila que ha fascinado al mundo durante generaciones.

Mientras los científicos se afanan en su rehabilitación, en lo profundo de la selva, se realiza un descubrimiento inesperado: una hembra de gorila gigantesco, igualmente imponente y misteriosa. Este hallazgo se convierte en un acontecimiento monumental, no solo por su rareza, sino porque los investigadores creen que esta hembra podría ser la clave para recuperar la vitalidad de Kong. Con gran esfuerzo, logran trasladar a la hembra a los Estados Unidos, donde se llevan a cabo las pruebas necesarias para implantar el corazón artificial en Kong. El procedimiento es un éxito, lo que genera una oleada de alegría y alivio entre los miembros del equipo, quienes ven en esto una segunda oportunidad para el gorila.

Sin embargo, lo que nadie esperaba era la conexión que Kong podría sentir con su pareja del mismo linaje. Cuando finalmente recupera la conciencia, un instinto poderoso lo impulsa a escapar de su confinamiento. La atracción hacia la hembra lo lleva a romper sus ataduras, desatando el caos en la ciudad. A medida que Kong se adentra en la jungla urbana, la aventura se transforma en un épico enfrentamiento entre su naturaleza salvaje y la lucha de las fuerzas humanas por contener su furia.

La historia explora temas de amor, conexión y la lucha entre lo natural y lo artificial. El viaje de Kong no solo es una odisea de autodescubrimiento, sino también un comentario sobre la búsqueda de la identidad y el sacrificio que implica la vida en un mundo donde la ciencia y la ética chocan. En esta experiencia visual emocionante, el espectador se ve inmerso en un torbellino de emociones mientras se cuestiona qué significa realmente estar vivo.