Longitud

En dos historias paralelas, el relojero John Harrison construye el cronómetro marino para una navegación segura en el mar en el siglo XVIII, mientras que el horólogo Rupert Gould se obsesiona con restaurarlo en el siglo XX. En el siglo XVIII, la única forma de navegar con precisión en el mar era seguir la costa, lo que no permitía realizar travesías directas desde Europa hasta las Indias Occidentales o las Américas. Observar el sol o las estrellas brindaba la latitud, pero para determinar la longitud era necesario un reloj que mantuviera la hora de manera precisa en alta mar, algo que no existía en ese momento. Después de una serie de desastres marítimos provocados por errores de navegación, el Parlamento británico estableció un premio sustancial para quien lograra encontrar un método eficaz para determinar la longitud en el mar.

La historia principal de esta película sigue al artesano John Harrison, interpretado por Sir Michael Gambon. Harrison, un hombre de extraordinaria habilidad y tenacidad, se embarca en el desafío de construir un reloj capaz de mantener el tiempo con la precisión necesaria para la navegación. A pesar de ser un genio en su oficio, se enfrenta a un sistema que desconfía de su enfoque. La Junta de Longitud, que evalúa las propuestas para el premio, se muestra escéptica y reacia a considerar su trabajo, lo que lo lleva a luchar no solo por la validación de su invento, sino también por su legado personal en una era donde el conocimiento científico a menudo se cuestiona.

Paralelamente, en el siglo XX, la historia de Rupert Gould, interpretado por Jeremy Irons, revela una obsesión que se convierte en la fuerza motriz de su vida. Después de descubrir el trabajo de Harrison, Gould se sumerge en la restauración de los antiguos relojes de navegación. Lo que inicia como un proyecto de pasión pronto se transforma en una búsqueda absorbente que amenaza sus relaciones y su estabilidad personal. A medida que se adentra cada vez más en la vida de Harrison y la historia de su cronómetro, la lucha por revivir el legado de un hombre del pasado se convierte en su propia lucha interna por el sentido y la redención.

Las historias de Harrison y Gould, aunque separadas por siglos, exploran temas de perseverancia, la búsqueda del conocimiento y la obsesión que puede consumir a una persona. La película entrelaza magistralmente estos dos relatos, resaltando la importancia del tiempo, no solo en el sentido físico, sino también en la dimensión emocional de las vidas que marca.