Lorena, mujer de paso ligero

Lorena Ramírez, oriunda de la comunidad Rarámuri en México, lleva una vida pastoreando en las montañas. Su cotidianidad está marcada por la simplicidad y la conexión con la naturaleza, ya que se dedica a cuidar de sus animales y cultivar su entorno. Sin embargo, cuando se calza sus icónicas sandalias, el mundo cambia drásticamente. Lorena se transforma en una formidable corredora de ultramaratones, desafiando no solo a su propio cuerpo, sino también las expectativas de una sociedad que a menudo subestima a las mujeres indígenas.

La trama se centra en el contraste entre su vida rural y las exigencias del mundo competitivo del deporte. A medida que Lorena se lanza a las exigentes competencias, se enfrenta a paisajes impresionantes y desafíos intensos, mostrando la resistencia y la determinación que la caracterizan. A través de sus entrenamientos y carreras, la historia profundiza en su viaje personal y en la rica herencia de su cultura, destacando la fuerza de las tradiciones rarámuri y la importancia de la comunidad en su vida cotidiana.

Lorena es retratada no solo como una atleta, sino como un símbolo de empoderamiento. Su historia es un faro de inspiración para muchas mujeres que buscan romper barreras en un mundo que aún se divide entre lo tradicional y lo moderno. La película explora temas como la identidad cultural, la resiliencia y la lucha por la equidad de género, mientras Lorena navega entre sus deberes cotidianos y su pasión por el deporte.

El espectador es llevado a sentir la emoción y el sufrimiento de los ultramaratones, donde Lorena no solo corre por ella misma, sino por su comunidad y por la representación de todas las mujeres que desean ser vistas y escuchadas. Cada kilómetro recorrido se convierte en una declaración de su fortaleza y un acto de reivindicación ante un mundo que a menudo ignora las historias de aquellos que viven en la periferia.

Visualmente, la película es un festín para los sentidos, capturando la belleza de los paisajes mexicanos y la intensidad de las competencias. La cinematografía destaca los entornos naturales donde Lorena entrena, acentuando su conexión con la tierra y su legado. Mientras avanza en su camino, el público siente el pulso de su determinación y el eco de la tradición rarámuri, que se entrelaza con su propio viaje hacia la grandeza. Lorena Ramírez no solo persigue los horizontes lejanos de las montañas, sino que también se atreve a soñar en grande, haciendo eco de una voz que exige ser escuchada.