Dinero fácil

Tres empleadas del Banco de la Reserva Federal traman un plan para robar dinero que está a punto de ser destruido. Don y Bridget Cardigan, quienes solían llevar un estilo de vida acomodado, ven cómo su mundo se desmorona. Don ha estado desempleado durante un año y parece haber dejado de buscar trabajo, mientras que Bridget, ama de casa de toda la vida, se enfrenta a la dura realidad de tener una deuda cercana a los 300,000 dólares. Con la presión financiera y la preocupación por el futuro, Bridget se da cuenta de que necesita trabajar, aunque sea en un empleo que le brinde algún tipo de beneficios. Así, acepta a regañadientes un puesto de conserje en el Banco de la Reserva Federal de Kansas City.

Una vez dentro, su atención se ve cautivada por el dinero viejo que se está destruyendo. A medida que observa el proceso de trituración, Bridget idea un plan audaz para recuperar su estilo de vida robando una parte de ese dinero, convencida de que será un trabajo sencillo, ya que las cerraduras de los carros de dinero son básicas y, mientras realiza sus tareas, nota que nadie revisa la basura. Sin embargo, para llevar a cabo su esquema, necesita la colaboración de dos personas: una que opere la trituradora y otra que mueva los carros de dinero. Así, se une a Nina Brewster, una madre soltera que lucha por dar a sus hijos un futuro mejor, y a Jackie Truman, una mujer vivaz que vive en un remolque y es amante de la música.

Convencer a Jackie resulta fácil, pero Nina solo acepta cuando Bridget le hace ver que el dinero les permitiría ofrecer a sus hijos una educación superior. A partir de ese momento, la amistad entre las tres mujeres se fortalece, pero también se tensa debido a los riesgos involucrados. Cada una lucha con sus propios demonios y motivaciones; Nina, con la amenaza de perder a sus hijos por el plan, promete que hará lo que sea necesario para protegerlos. Mientras tanto, la ambición de Bridget no parece tener límites, y su deseo de recaudar más dinero amenaza con distanciarla de sus compañeras.

A medida que avanzan en su plan, se enfrentan a varios obstáculos. Glover, el jefe de seguridad del banco, es escéptico sobre la posibilidad de robar dinero de la reserva. Barry, otro guardia de seguridad, muestra interés por Nina, lo que complica aún más la situación. Y Bob, el esposo de Jackie, no está acostumbrado a tener dinero, lo que añade otra capa de tensión. Por último, Don, cada vez más desilusionado con la vida criminal, cuestiona los valores y decisiones de Bridget. En este entramado de alianzas y conflictos, la lucha por salir adelante se convierte en una prueba de lealtad, amistad y moralidad en medio de un mundo que parece diseñado para aplastarlas.