Luz de luna

Sam Bell es un astronauta que ha pasado tres años trabajando para Lunar Industries en una remota estación lunar. A lo largo de su contrato, ha sido el único empleado en la base, dedicándose a la tarea crucial de extraer helio-3, un recurso limpio y abundante que se ha convertido en la principal fuente de energía en la Tierra. Sin embargo, su trabajo se torna solitario, ya que no hay comunicaciones directas con el planeta, lo que lo obliga a depender únicamente de GERTY, un ordenador inteligente que asiste a Sam en su vida diaria. Esta soledad extrema comienza a afectar su salud mental, empujándolo hacia un estado de incertidumbre e incluso alucinaciones, a medida que se acerca el final de su contrato.

Mientras cuenta los días para reunirse con su esposa Tess y su recién nacida, Eve, quienes se quedaron en la Tierra, una serie de eventos los llevará a cuestionar todo lo que sabe. Justo cuando le quedan dos semanas para regresar, Sam sufre un accidente grave en una de las cosechadoras mecánicas que opera. Al despertar, se encuentra en la enfermería de la estación, aparentemente asistido por GERTY. El inteligente asistente le informa que un equipo de rescate, llamado Eliza, llegará pronto para ayudar a limpiar el desastre provocado por el accidente.

Sin embargo, las cosas no son lo que parecen. Durante su recuperación, Sam decide realizar un viaje no autorizado de regreso al lugar del accidente y allí hace un descubrimiento inesperado que alterará su percepción de la realidad. La revelación lo lleva a cuestionar no solo su salud mental, sino también su identidad. Se siente cada vez más atrapado en un laberinto de engaños, dudando de las intenciones de la compañía y de GERTY, quien, aunque ha sido su único compañero, parece no estar dispuesto a explicar la verdad.

A medida que la tensión aumenta y su vida se convierte en una carrera contrarreloj, Sam se embarca en una misión desesperada: regresar a la Tierra por su propio medio. La lucha de Sam no solo es una batalla por la supervivencia, sino una búsqueda de la verdad en un entorno donde la confianza se desmorona. Enfrentándose a sus propios demonios y cuestionando la naturaleza de su realidad, se convierte en un símbolo de resiliencia y el deseo innato de conexión humana. En un viaje que desafía tanto al cuerpo como a la mente, Sam Bell nos recuerda que, incluso en la soledad más extrema, la lucha por la verdad y el amor puede ser el impulso más poderoso de todos.