La decisión de Anne

Anna Fitzgerald es una niña de once años que lucha por conseguir su emancipación médica de sus padres, quienes han estado dependiendo de ella para ayudar a su hermana mayor Kate, que está gravemente enferma de leucemia. Desde que Kate fue diagnosticada, la vida de la familia ha estado centrada en su tratamiento y en la búsqueda de donantes compatibles. Anna, que fue concebida a través de fertilización in vitro con el único propósito de ser donante, se siente atrapada en una situación que no eligió.

En Los Ángeles, Anna decide tomar el control de su propia vida y busca la ayuda del experimentado abogado Campbell Alexander. Al conocer su historia, Campbell se ve conmovido por la valentía de Anna. Ella le relata cómo a la edad de cinco años ya había sido sometida a múltiples procedimientos médicos, desde transfusiones de sangre hasta la extracción de células madre, todo para salvar la vida de su hermana. El sacrificio de Anna ha sido constante, y ahora se siente utilizada y manipulada por su madre, Sara, que ha hecho de la salud de Kate su única prioridad, sin considerar los deseos y necesidades de su otra hija.

Las tensiones familiares crecen a medida que Sara se niega a aceptar la decisión de Anna. La presión de ser la «donante perfecta» ha convertido a su hogar en un campo de batalla emocional, donde el amor se mezcla con la desesperación y la culpa. Con la ayuda de Campbell, Anna busca librarse de estas ataduras y defender su derecho a decidir sobre su propio cuerpo. Mientras avanza el caso, se destacan las luchas internas de cada miembro de la familia, revelando la complejidad de sus relaciones.

La historia de Anna y su familia no solo se centra en la lucha legal, sino también en los dilemas éticos y morales que surgen cuando la vida de uno se basa en el sacrificio del otro. Enfrentando decisiones desgarradoras y el profundo amor que une a los miembros de la familia, la narrativa invita a los espectadores a reflexionar sobre los límites del amor y la autonomía personal. Anna se convierte en un símbolo de resistencia, luchando no solo por su libertad, sino por la dignidad y el respeto de su propia vida, en un viaje que confronta las realidades del cuidado médico, los lazos familiares y la difícil lucha entre el deber y el deseo.