Ouija

Un grupo de amigos se embarca en una escalofriante aventura al tratar de invocar espíritus a través de una tabla ouija. Este encuentro con lo desconocido se convierte rápidamente en una pesadilla aterradora que pone a prueba no solo su valentía, sino también la solidez de su amistad. La trama sigue a un grupo diverso de personajes, cada uno con su propia historia personal y motivos para participar en esta experiencia paranormal.

Entre ellos se encuentra Laura, la escéptica del grupo, que traslada su incredulidad al peligro que están a punto de enfrentar. Por otro lado, está Carlos, quien actúa como el facilitador de la sesión, impulsado por su curiosidad e interés en lo sobrenatural. Mientras que Ana, la más sensible del grupo, tiene un pasado que la conecta con el mundo espiritual, lo que añade una capa de tensión emocional a su papel en la historia.

A medida que avanza la trama, lo que comienza como un juego inocente se convierte en un viaje al terror. Los amigos, al principio divertidos, son gradualmente arrastrados a un laberinto de miedo y ansiedad inimaginable cuando la tabla empieza a comunicar mensajes inquietantes. El suspense se intensifica tras cada pregunta, y los fenómenos inexplicables comienzan a bosquejarse a su alrededor, transformando su inocente curiosidad en puro horror. Las imágenes perturbadoras y los sonidos escalofriantes ponen de manifiesto que lo que han desatado no es simplemente un juego, sino una fuerza oscura que amenaza con destruirlos.

El film no solo explora el terror físico, sino también el psicológico, ya que cada personaje se ve obligado a confrontar sus propios demonios internos. Los conflictos surgen entre ellos, revelando secretos del pasado que amenazan con romper la unión del grupo. La dinámica de amistad se desmorona, llevándolos a cuestionar su lealtad y confianza mutuas mientras luchan por sobrevivir al horror que han convocado.

Con una duración de 86 minutos, la película mantiene un ritmo intenso y una atmósfera opresiva, acentuada por efectos visuales inquietantes y un diseño sonoro que provoca escalofríos. La mezcla de horror, violencia, temas maduros y una narrativa envolvente aseguran que los espectadores se mantendrán al borde de sus asientos, sintiendo cada momento de tensión. Ideal para los amantes del género, esta experiencia cautivadora es un recordatorio de que algunas puertas, una vez abiertas, no pueden cerrarse.