Repulsión

Una mujer que rechaza el sexo y desaprueba la relación de su hermana con su novio se sumerge en una profunda depresión y comienza a experimentar visiones aterradoras de violación y violencia.

En Londres, Carol Ledoux, una inmigrante belga, vive en un apartamento con su hermana mayor, Helen. Trabaja como manicurista en un salón de belleza, llevando una vida aparentemente tranquila, pero marcada por una intensa inquietud interna. Helen describe a Carol como «sensible», una palabra que encapsula su carácter casi etéreo, como si estuviera atrapada en un estado de ensueño perpetuo, donde rara vez aborda directamente sus emociones. Sin embargo, cuando finalmente se expresa, es para manifestar su descontento hacia uno de los pocos temas que la obsesionan: la invasión de su espacio personal por parte de Michael, el novio de Helen.

El conflicto que siente Carol hacia Michael es más profundo; refleja su aversión hacia los hombres en general. Esta aversión se hace evidente cuando se muestra visiblemente alterada al escuchar las muestras de cariño entre Helen y Michael, especialmente en momentos íntimos que la convierten en un espectador no deseado de su propia vida. Al mismo tiempo, se siente impotente para rechazar las insinuaciones de Colin, un joven enamorado de ella que, a pesar de sus buenas intenciones, no logra superar la barrera emocional que Carol ha levantado.

Además de lidiar con estos conflictos, Carol se obsesiona con los detalles del hogar, particularmente las grietas que parecen simbolizar su propio estado mental fracturado. Su deseo de arreglar esas imperfecciones en el apartamento se convierte en un reflejo de su incapacidad para enfrentar las grietas de su propia psique. Con Helen y Michael de vacaciones en Pisa, Italia, Carol decide recluirse en el apartamento, abandonando su trabajo y dejando que la soledad la envuelva. En este estado de aislamiento casi hipnótico, su salud mental empieza a deteriorarse rápidamente.

A medida que las obsesiones de Carol se intensifican, su descenso hacia la locura se vuelve inexorable. Esta transformación no solo afecta a Carol, sino que también repercute en las vidas de quienes tratan de comunicarse con ella, atrapados en las consecuencias de su distanciamiento. La narrativa explora temas de ansiedad, la repulsión hacia el sexo y la lucha interna de una mujer que busca encajar, mientras lidia con sus demonios y los ruidos de la intimidad ajena. En este intenso retrato psicológico, la angustia de Carol se convierte en un eco que resuena en todos aquellos que la rodean, creando una atmósfera agobiante que deja una marca profunda en sus relaciones.