A propósito de Schmidt

En esta elegante y conmovedora comedia, Erica ha dejado de lado la idea del romance, convencida de que el amor es un capítulo cerrado en su vida. Esta realidad se hace aún más evidente cuando su hija llega a casa con su novio, Harry, un hombre maduro y algo excéntrico que, a primera vista, choca con la personalidad de Erica. El encuentro inicial entre ellos es tenso y cargado de incomodidad, pero también de un humor inesperado que surge de sus diferencias generacionales y de sus desencuentros.

A medida que la historia avanza, la relación entre Erica y Harry empieza a transformarse. La repelencia inicial se convierte lentamente en una extraña atracción que ambos intentan ignorar. Erica también comienza a replantearse las decisiones que ha tomado en su vida. ¿Es posible que el amor despierte de nuevo en su corazón a pesar de los años? Harry, por su parte, representa una mezcla de sabiduría y despreocupación que desafía la rutina de la vida de Erica.

Entre cenas desastrosas y conversaciones que bordean el hilarante y lo íntimo, la conexión entre ellos florece, revelando matices de sus pasados que incluyen alegrías, frustraciones y muchas risas. La película toca temas universales como el amor en la madurez, la búsqueda de la felicidad y el desafío de abrirse nuevamente a los sentimientos. Con un tono cómico pero reflexivo, nos invita a considerar que nunca es demasiado tarde para encontrar la conexión que una vez creímos perdida.

No obstante, el camino del amor es complicado, y Erica se enfrenta a dudas y temores que ponen a prueba su nueva relación. La llegada de otros personajes, como amigos y familiares, introduce conflictos y decisiones difíciles que complican aún más la situación. La lucha interna de Erica con sus propias expectativas y los estereotipos que la sociedad tiene sobre el amor y la edad añade una capa de profundidad a su desarrollo.

La película culmina en un desenlace que invita a la reflexión y a la esperanza, recordándonos que, a pesar de los retos, el amor puede surgir en los lugares más inesperados y en los momentos menos propicios. Erica y Harry, en sus caminos torcidos hacia la felicidad, nos enseñan que el amor, en todas sus formas, merece ser perseguido, sin importar el tiempo ni las circunstancias.