Bésos robados

Después de ser dado de baja del ejército, Antoine Doinel se convierte en el protagonista de una comedia subrealista en la que solicita diferentes trabajos y trata de entender sus complicadas relaciones con las mujeres. Esta es la tercera película de una serie que sigue las peripecias de este icónico personaje, creado y dirigido por el talentoso François Truffaut. Tras las aclamadas «Los 400 golpes» y el cortometraje «Antoine y Colette», la historia retoma el viaje de Antoine justo en el momento de su desvinculación del servicio militar.

A pesar de que el futuro se presenta incierto, Antoine intenta adaptarse a la vida civil. De la mano de su novia Christine, quien mantiene vivas las esperanzas de una relación sólida, Antoine se enfrenta a un mercado laboral hostil y a la confusión emocional propia de su juventud. El padre de Christine, en un acto de bondad, le consigue un empleo como vigilante de seguridad. Sin embargo, su paso por este trabajo es efímero, ya que pierde su puesto de manera desastrosa, lo que solo añade peso al ya complicado contexto de su vida.

Mientras busca nuevas oportunidades laborales, Antoine se topa con un intrigante pero problemático trabajo como asistente de un detective privado. Aquí, la historia toma un giro inesperado cuando se ve cautivado por Fabienne, la seductora esposa de su jefe. Esta seducción no solo desafía su lealtad hacia Christine, sino que también lo empuja a una encrucijada emocional en la que debe decidir entre la estabilidad de su amor juvenil y el seductor peligro que representa Fabienne.

A través de situaciones absurdas y encuentros hilarantes, Truffaut retrata la confusión y la vulnerabilidad de un joven que, a pesar de sus esfuerzos, parece atrapado en un ciclo de decisiones difíciles. La película aborda temas universales como el amor, la desilusión y la búsqueda de identidad, mientras Antoine navega entre sus anhelos y las realidades que lo rodean.

El estilo de comedia de la película, impulsado por actuaciones memorables, invita al espectador a reír y reflexionar sobre las relaciones humanas en un mundo donde las conexiones pueden ser tanto una fuente de alegría como de dolor. La singularidad del personaje de Antoine, con su mezcla de ingenuidad y deseo de ser amado, continúa resonando en generaciones de espectadores, convirtiéndolo en un símbolo del cine romántico contemporáneo.