Los 400 golpes

Un joven niño, olvidado por la falta de atención, se sumerge en una vida de delitos menores. Antoine Doinel, un chico de 14 años, parece estar constantemente en problemas en la escuela. Al final de cada día, regresa a un hogar gris y desdichado. Sus padres enfrentan dificultades económicas y Antoine se ve obligado a dormir en un viejo sofá arrinconado en la cocina. La atmósfera en casa es tensa, marcada por las constantes peleas entre sus padres, lo que crea un ambiente hostil y triste para el joven. Además, Antoine se da cuenta de que su madre está involucrada en una aventura, lo que agrega más confusión y dolor a su vida ya complicada.

En busca de escapar de esta realidad, Antoine decide dejar de asistir a la escuela, lo que desencadena una espiral descendente de mentiras y robos. Se convierte en un conocido en los alrededores del barrio por sus travesuras, robando pequeños objetos y participando en actividades delictivas que parecen ofrecerle una emoción momentánea, pero que lo alejan cada vez más de su verdadero yo. Sus padres, agotados y desesperados, no saben cómo contener a su hijo; cada intento por corregirlo resulta inútil y frustrante. A medida que la situación se vuelve insostenible, después de que Antoine sea detenido por la policía, sus padres toman la dolorosa decisión de dejar que su hijo enfrente las consecuencias de sus acciones.

Antoine es enviado a un centro de detención juvenil, un lugar en el que las reglas son estrictas y la libertad escasa. Sin embargo, la vida en la institución no es una solución mágica. Aunque se encuentra rodeado de otros jóvenes en situaciones similares, la lucha interna de Antoine continúa. A pesar de las dificultades, muestra una notable resistencia y un incipiente sentido de la independencia. A lo largo de su estancia en el centro, empieza a cuestionar sus elecciones y a reflexionar sobre las profundas heridas que le ha causado su entorno; la vea como una oportunidad para reinventarse.

Su capacidad de escapar no solo de las paredes del centro, sino también de su antiguo comportamiento, se convierte en una metáfora de su deseo de liberarse del ciclo de desesperanza que le ha perseguido. La historia de Antoine es un viaje emocional sobre la búsqueda de identidad, la lucha contra las adversidades y la búsqueda de un sentido de pertenencia en un mundo que parece haberle dado la espalda.