La Conferencia

Un grupo heterogéneo de empleados del sector público se embarca en una aparentemente inofensiva retirada en la naturaleza, pero lo que comienza como una oportunidad para fortalecer relaciones y fomentar el trabajo en equipo pronto se convierte en una pesadilla. No solo deben enfrentar sus propias rivalidades y desencuentros internos, sino que también se ven hostigados por un asesino implacable que acecha en la oscuridad, añadiendo un componente mortal a su ya frágil convivencia.

En este entorno aislado, los personajes comienzan a desnudarse emocionalmente. Hay que destacar a Clara, la líder del grupo, cuya falta de autoridad es evidente cuando sus intentos de armonizar al equipo son sistemáticamente saboteados por su viejo rival, Jorge, un bureaucrático cínico cuyo sarcasmo es tan agudo como su instinto de supervivencia. Con cada intento de unirlos, las tensiones estallan, revelando viejas rencillas y secretos que amenazan con fracturar lo que queda de su unidad.

A medida que el caos se intensifica con el avance del asesino, la atmósfera de desconfianza crece. Los empleados, que en un inicio solo eran distintos en sus personalidades, ahora se ven obligados a trabajar juntos para desenmascarar al criminal que ha infiltrado su refugio. Las interacciones que antes eran triviales ahora se vuelven críticas; cada comentario y gesto puede ser la clave para identificar al moderno Dr. Jekyll que se oculta entre ellos.

La trama se enriquece con la exploración de los temas de la camaradería imperfecta. La desconfianza y la traición se entrelazan con los lazos de amistad que se forman durante la crisis, llevando a momentos de revelaciones sorprendentes y sacrificios inesperados. Desesperados por sobrevivir, algunos miembros del grupo muestran una tenacidad que nunca imaginaron poseer, mientras que otros caen presa del miedo y la paranoia, dejando al espectador atrapado en el vaivén emocional de cada conclusión mortal.

A medida que el terror se intensifica, los personajes descubren que el verdadero enemigo no es solo la amenaza de muerte que los acecha, sino también sus propias inseguridades y rencores. Esta lucha entre lo interno y lo externo sirve como un espejo, reflejando las dinámicas de poder y la fragilidad de la confianza en un entorno donde la supervivencia es del todo incierta. ¿Podrán superar sus diferencias y enfrentarse al asesino, o sucumbirán a sus propias discordias? La respuesta se desplegará en un inesperado clímax.