La última misión mortal

Un inspector de policía en decadencia de Marsella, interpretado por Auteuil, busca una oportunidad de redención al proteger a una mujer del hombre que asesinó a sus padres justo cuando este está a punto de salir de prisión. En Marsella, el Detective Schneider, desacreditado y con problemas de alcoholismo, toma el control de un autobús y obliga al conductor, bajo la amenaza de un arma, a llevarlo a su casa. Este acto desesperado lo lleva a ser arrestado por las fuerzas especiales, poniendo fin a su ya deteriorada carrera en el departamento de policía. En lugar de perseguir al temido asesino en serie que comete horrendos crímenes contra mujeres, Schneider es apartado de la investigación y relegado a un trabajo burocrático de turno nocturno en la comisaría.

A medida que navega por la oscuridad de su realidad y su nueva posición, Schneider recuerda fragmentos de su vida pasada, en los que el dolor de la trágica muerte de su hija resuena en su mente. La culpa de no haber podido protegerla lo consume, mientras su esposa permanece atrapada en un sistema de soporte vital, añadiendo más peso a su ya cargada conciencia. A través de sus recuerdos, se revela un hombre lleno de lamentos y desilusiones, lo que intensifica su deseo de hacer justicia.

En paralelo, el criminal enfermo, Charles Subra, quien en su momento asesinó a los padres de dos jóvenes, manipula al comité de libertad condicional de la prisión, afirmando haber encontrado la redención espiritual. Su posible liberación representa una nueva pesadilla para Justine, una de las sobrevivientes, quien nunca pudo superar el trauma de su pérdida y vive atemorizada ante la idea de que el monstruo que destruyó su vida vuelva a caminar libremente.

Cuando Schneider finalmente descubre la verdadera identidad del asesino en serie y se enfrenta a la corrupción que se extiende en los altos mandos de la policía, siente que no solo lucha por tratar de proteger a Justine, sino también por su propia redención. A medida que se embarca en esta última misión, su descenso hacia un infierno personal se convierte en un viaje de desesperación y búsqueda de justicia, donde el sacrificio puede ser la única ruta hacia la redención.

En un mundo marcado por la traición y el sufrimiento, Schneider se convierte en una figura trágica, atrapada entre su pasado doloroso y su deseo inquebrantable de redimir no solo su vida, sino también la de aquellos a quienes ama. Su historia nos recuerda que incluso en los momentos más oscuros, la lucha por la justicia y el perdón puede dar sentido a la vida.