El último exorcismo

Un inquieto ministro evangélico acepta que su último exorcismo sea filmado por un equipo de documentales. En Baton Rouge, Luisiana, el reverendo Cotton Marcus, criado por su padre para convertirse en predicador, decide colaborar con la cineasta Iris Reisen y el camarógrafo Daniel Moskowitz para crear un documental sobre su vida. Cotton revela que, durante el difícil parto de su hijo Justin, priorizó la ayuda médica sobre la intervención divina y desde entonces ha cuestionado su fe. Con una mirada crítica hacia su propia vida, confiesa que los exorcismos son una farsa, aunque reconoce que los resultados son reconfortantes para los creyentes, quienes consideran que las experiencias son auténticas.

Cuando el granjero Louis Sweetzer solicita su ayuda para realizar un exorcismo en su hija Nell, Cotton ve esto como una oportunidad para demostrar al equipo de filmación que lo que dice es verdad. El grupo se dirige a Ivanwood, donde son recibidos de manera hostil por Caleb, el hijo de Louis, quien está decidido a proteger a su familia. Este ambiente tenso establece una dinámica cargada de conflictos y revela las fracturas en la familia Sweetzer.

A medida que Cotton se prepara para realizar el exorcismo, decide exponer sus trucos ante la cámara, con la esperanza de validar su escepticismo. Sin embargo, lo que comienza como un experimento cuidadosamente controlado se convierte en algo mucho más complicado cuando los problemas subyacentes de la disfuncional familia Sweetzer salen a la luz. La desesperación de Louis por salvar a su hija, el resentimiento de Caleb y la angustia de Nell forman una intrincada red de emociones que hace tambalear la postura de Cotton.

A medida que avanza la historia, se desentrañan no solo las cuestiones de la fe y las creencias, sino también las luchas humanas universales: la búsqueda de redención, el miedo a lo desconocido y el deseo de entender el sufrimiento. El viaje de Cotton se transforma en una lucha no solo contra los demonios externos, sino contra las dudas internas que lo atormentan. La película ofrece una reflexión poderosa sobre la fe y la búsqueda de respuestas en momentos de crisis, dejando al espectador con preguntas sobre la verdad, la fe y la naturaleza del bien y el mal.