El faro

Dos fareros intentan mantener su cordura mientras viven en una remota y misteriosa isla de Nueva Inglaterra en la década de 1890. Con el lamento intermitente del silbato de niebla resonando en el aire, el taciturno ex-maderero, Ephraim Winslow, y el curtido farero, Thomas Wake, llegan a un islote aislado y perpetuamente gris, situado en la costa de la Nueva Inglaterra del siglo XIX. Durante las siguientes cuatro semanas, estos hombres de pocas palabras se enfrentan a condiciones adversas y a un trabajo agotador, siendo su única compañía la de su extraño compañero, lo que les obliga a lidiar con las peculiaridades irritantes, el rencor reprimido y un odio creciente que los va consumiendo.

La atmósfera en la isla es opresiva y hostil, donde el viento gélido y la constante lluvia parecen arruinar cualquier oportunidad de encontrar consuelo. A medida que los días se alargan, la tensión entre ambos aumenta, alimentada por el encierro y una creciente paranoia. Winslow, quien está luchando por obtener reconocimiento y respeto, se siente cada vez más atormentado por las visiones y alucinaciones que lo persiguen, mientras que Wake, más experimentado, se aferra a la tradición y a su propia receta de locura.

Con el paso del tiempo, la relación entre los fareros se convierte en una danza macabra de poder y sumisión, donde el miedo y el orgullo chocan. La llegada de una tempestad devastadora maroon a los cuidadores de la tenue luz en la roca volcánica, convirtiendo la isla en una prisión psicológica en la que el hambre feroz y la desesperación se tornan compañeros eternos. La locura se cierne sobre ellos como una sombra, alimentando sus miedos más profundos y desenterrando secretos ocultos que los llevarán al borde de la destrucción.

En medio de la agonía y la soledad, cada uno de ellos se enfrenta a sus demonios internos, cuestionándose su propia cordura y la realidad que los rodea. La historia se convierte en un examen de la psique humana, donde los límites de la sanidad se difuminan y lo real se mezcla con lo imaginario. La angustia existencial se intensifica al ritmo de la tormenta, y el espectador se ve inmerso en un viaje visceral que explora los laberintos de la mente, la lucha por el poder, y la búsqueda de luz en un mundo que parece estar sumido en la oscuridad.