El secuestro del Metro 1 2 3

Cuatro hombres armados asaltan un vagón del metro de Nueva York y exigen un rescate por los pasajeros. La policía de la ciudad se enfrenta a un dilema: incluso si se paga, ¿cómo podrían escapar del lugar?

Cuatro hombres aparentemente no relacionados abordan el tren de metro Pelham 1:23 en diferentes estaciones. Mr. Blue, Mr. Green, Mr. Grey y Mr. Brown son individuos altamente armados que dominan al conductor y al novato que sólo está aprendiendo su oficio, tomando el control del tren. En un acto calculado, separan el primer vagón del resto del tren y liberan a los pasajeros de los vagones traseros junto con el motorman. Los cuatro demandan un rescate de un millón de dólares dentro de exactamente una hora por los dieciocho rehenes restantes, incluyendo al conductor. Si sus exigencias no son cumplidas a tiempo o si sus instrucciones no se siguen al pie de la letra, comenzarán a ejecutar a los rehenes, uno por cada minuto que el dinero llegue tarde.

El teniente Zach Garber, conocido por sus comentarios sarcásticos y su ingenio, se convierte en el principal negociador entre los captores y las autoridades. Su tarea es complicada ya que debe coordinar esfuerzos con el departamento de tránsito, su propia fuerza policial, el NYPD y el impopular alcalde que, además, está con gripe y debe tomar la decisión final sobre el pago del rescate.

Lo que Garber no sabe es cómo la variada personalidad de los cuatro secuestradores podría jugar a su favor. Mr. Blue es metódico y rígido, mientras que Mr. Grey es propenso a disparar sin pensarlo dos veces. Mr. Green, que se siente enfermo, corre el riesgo de desmayarse antes de que el plan se complete, lo que añade una capa de incertidumbre a la situación. Sin embargo, Garber tiene en mente que, entre los dieciocho rehenes, hay un oficial encubierto del NYPD que podría ser clave para desenmascarar a los secuestradores.

Lo que Garber realmente debe resolver es cómo es posible que los cuatro delincuentes logren escapar, ya que se encuentran en un túnel y deben permanecer en el tren, el cual está equipado con un mecanismo de seguridad que obliga a que un motorman esté al mando en todo momento. La tensión crece a medida que el tiempo avanza y la multitud observa, atrapada entre el miedo y la esperanza, mientras el reloj avanza y las decisiones críticas se toman a contrarreloj. La atmósfera se vuelve cada vez más intensa, generando un juego psicológico de ingenio y coraje que cada uno de los involucrados debe navegar en sus intentos por salir vivos de esta peligrosa situación.