El año en que comencé a masturbarme

La vida de una ambiciosa mujer de carrera se desmorona cuando su novio decide romper con ella justo antes de su cumpleaños número 40. Esta inesperada separación se convierte en un punto de inflexión que la obliga a cuestionar las decisiones que ha tomado a lo largo de su vida. A medida que se acerca a esta nueva década, se enfrenta a la angustiante realidad de haber priorizado su carrera sobre sus relaciones personales y su bienestar emocional.

Atrapada en un torbellino de emociones, la protagonista, que siempre ha sido conocida por su determinación y enfoque profesional, se encuentra repentinamente desorientada. La ruptura la deja no solo devastada, sino también ansiosa por descubrir quién es realmente, más allá de su identidad profesional. A medida que se sumerge en la autoperdición, se enfrenta a los recuerdos de su juventud y las oportunidades que dejó pasar en el camino hacia el éxito.

En su viaje de redescubrimiento, comienza a explorar las pasiones que había dejado de lado: desde la pintura hasta la escritura, cada nueva actividad la ayuda a reconstruir su confianza y comprender lo que realmente valora en la vida. También se reconecta con viejas amistades que habían quedado en el olvido, descubriendo que estas relaciones son fundamentales para su bienestar. Es en estas interacciones donde encuentra apoyo, risas y momentos de reflexión que la empoderan para enfrentar sus miedos.

El camino no es fácil. La sociedad impone expectativas sobre lo que significa cumplir 40 años, y nuestra protagonista lucha con la presión de alcanzar ciertos hitos que parecen cada vez más lejanos. La serie aborda temas de autoaceptación, la importancia de las relaciones y el riesgo de perderse a uno mismo en la búsqueda del éxito profesional.

A medida que la trama avanza, ella aprende a abrazar sus imperfecciones y a celebrar sus logros, grandes y pequeños. Al final, no solo redefine su propósito profesional, sino que también descubre un nuevo sentido de libertad y autenticidad. La historia es un conmovedor recordatorio de que nunca es demasiado tarde para reinventarse y que el amor propio y la conexión con los demás son los verdaderos elementos que nos pueden ayudar a levantarnos incluso en los momentos más oscuros.